San Bernardo afirma que Jesucristo nos ama con ternura y nos colma de bienes, aún cuando no correspondemos a su amor divino, ¿Cuántas gracias y cuántos dones derramará sobre aquellos que sí le aman, y son penetrados de dolor viéndole tan poco amado?
*¡Oh dulcísimo Jesús!* _exclama el Santo_; *¡cuántas riquezas encerráis en vuestro Corazón!*
*¡Oh y con qué facilidad nos podemos enriquecer, teniendo abierto en la sagrada Eucaristía un tesoro tan infinito!*
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