El día 10 de agosto, San Lorenzo, sor Teresa celebró sus bodas de plata, con una misa solemne a las cinco de la tarde, en la iglesia, acompañada por familiares y amigos.
Presidió la misa el padre Pablo López, capellán de Arévalo, y monje de Cardeña, le acompañaron un pequeño grupo de sacerdotes.
Sor Teresa no pudo contener la emoción y el llanto a la hora de leer su renovación, teniendo que parar y tomar aliento para terminar de leer su renovación.
Al final de la misa quiso ofrecer a su madre una pequeña rama de flores en agradecimiento de su esfuerzo y dedicación, de no haber puesto nunca obstáculos a la vida de sus hijos, fue un gesto emotivo lleno de cariño, y que se culminó con un abrazo y lágrimas de felicidad y emoción.
Fue la rúbrica de la misa y a partir de entonces los presentes fueron invitados a pasar al claustro del monasterio a celebrarlo con un pincho. Allí fueron los abrazos y felicitaciones, regalos que no faltaron y el compartir bullicioso y alegre, donde las hermanas de Kenia del monasterio vecino de Santa Isabel, nos regalaron con unos minutos de bailes típicos africanos, llenos de alegría.
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