Ahora bien, la mística cisterciense es también mística Mariana. En una aparición, la Virgen instruyó a la abad alberico que llevara el hábito blanco de la orden juntamente con el escapulario negro, en lugar del hábito negro benedictino. En el Dialogues miraculorum ("Diálogo de milagros",de Cesáreo de Heirdterbsch,(+1240)) de lee:" Durante el tiempo de la cosecha, cuando los hermanos llegaban y ataban las gavillas en el valle de Claraval, descendieron del monte con gran fulgor María, su madre Ana y María Magdalena, para secarles el sudor de la frente y para hacer que soplara sobre ellos una brisa refrescante". La legendaria lactación de San Bernardo por María, representada a menudo en el arte: María hace que tres gotas de su leche caigan sobre los labios de Bernardo, está asociada con la idea bernardina de la mediación de María en el plan salvífico de Dios. San Bernardo comparaba María como un acueducto que transmite la gracia. Sus familias Marianas fueron ampliadas eclesiológicamente por el abad Isaac de Stella altamente favorecido por gracias divinas que había madurado en el sufrimiento.