miércoles, 29 de noviembre de 2023

RUTA DEL PADRE HOYOS, SEGUNDA PARTE.



LA RUTA DEL PADRE HOYOS. SEGUNDA PARTE

En mi anterior colaboración compartí con vosotros mis impresiones acerca de la peregrinación que hicimos en agosto, recorriendo los pasos del Padre Hoyos. Únicamente me faltó mencionar la visita a su casa natal en Torrelobatón. En 2016 el Arzobispado se la concedió a la Asociación del Padre Hoyos para su uso y puesta en valor. A partir de entonces se han hecho varias reformas, respetando su estilo original, ambientándola con muebles, cuadros, libros y documentación cedidos por diversos monasterios. 

Todo lo indicado es muy importante en la vida del Beato Bernardo, pero no podemos olvidar la enorme trascendencia de los acontecimientos que tuvieron lugar en Valladolid. Para entender los hechos, tenemos que remontarnos unos años.

Durante el tiempo que estudia Filosofía en Medina del Campo, se produce en Bernardo una maduración interior extraordinaria, Dios le va preparando para su gran misión. En segundo curso pasa la, denominada por San Juan de la Cruz, “noche del espíritu”. Durante este periodo experimenta un gran sufrimiento místico que va purificando profundamente su alma; y deja constancia de ello, ya que escribe en su diario: “Creo que soy el hombre más desgraciado de la Tierra”. Pasada esta etapa, a partir del Día de Pascua de Resurrección de 1729, el Señor se le muestra con unas consolaciones inmensas, que culminan el 15 de agosto de 1730 con la gracia del desposorio espiritual: «Jesús me dijo: “Ya eres mío, y Yo soy tuyo. Tú eres Bernardo de Jesús y Yo soy Jesús de Bernardo”. Sentía como aniquilarse el hombre viejo, y parece como que me revestía del hombre nuevo. Me parecía que, de alguna manera, de los dos, nos hacíamos uno». 

Cursando segundo de Teología en el Colegio de San Ambrosio de Valladolid, hoy Centro Diocesano de Espiritualidad, el 29 de abril de 1733 recibe una carta de su amigo el Padre Agustín de Cardaveraz, en la que le expone lo siguiente: «Estoy confeccionado un sermón para la Octava del Corpus. Quisiera que me sacaras unos datos del libro “Del culto al Sacratísimo Corazón de Jesús” escrito por el Padre Joseph Galliffet». En este libro el Padre Galliffet narra los encuentros de Santa Margarita de Alacoque, religiosa salesa, con Jesús, en los que el Señor le va mostrando los secretos de su Corazón: cómo ama intensamente a los hombres y cómo siente las alegrías y las penas de cada persona. 

El 3 de mayo de 1733 Bernardo va a la biblioteca. Cuando comienza a leer el libro, queda completamente admirado: «Al leer aquello, sentí en mi espíritu un movimiento fuerte, suave, nada arrebatado ni impetuoso, lleno de una paz y una profundidad grandes. Me impresionó tanto que, inmediatamente, fui a la capilla y delante del sagrario le dije al Señor: si en algo te puedo ayudar para esto, cuenta al menos con mis oraciones». 

Al día siguiente, cuando comulga, Dios le confía la misión de su vida. Siente de una manera clara que el Señor le dice: «Quiero, por tu medio, extender la devoción a mi Corazón en toda España y comunicar a muchos mis dones». 

Tiene varias manifestaciones del Corazón de Jesús, entre ellas, la que se conoce como La Revelación de La Gran Promesa, el 14 de mayo de 1733. Jesús le dice: «Reinaré en España y con más veneración que en otras partes». 

No cesa de propagar este culto. Se gana a compañeros, superiores, obispos y personas notables de la corte real. A sus compañeros jesuitas más íntimos les une en el llamado “Grupo de los Cinco” para trazar un plan, en el que el eje principal es la publicación de un libro, “Tesoro Escondido”, redactado por Juan de Loyola, pero con argumentación suya. El núcleo fundamental se encuentra en el capítulo tercero, en él se explica maravillosamente la devoción al Corazón de Jesús: «Jesús, aquel Señor infinito, Hijo del Padre Eterno, Creador de todas las cosas amó a los hombres de una forma tan encendida y vehemente que no puede explicarse con palabras, ni concebirse con el pensamiento … añadiendo a tantas muestras de amor ésta, quedándose con nosotros en el divinísimo Sacramento del altar … Herido el amantísimo Corazón de Jesús por las ingratitudes de los hombres, pide a la piedad de los fieles suavicen su dolor, recompensen sus injurias y resarzan su honra vulnerada con tan sensibles ofensas». 

Bernardo de Hoyos, un hombre sencillo, valiente, que tiene plena confianza en el Señor, no entiende la vida cristiana como el simple seguimiento de un cúmulo de normas, sino como trato amoroso con un Dios que tiene Corazón. 



Mª Isabel San José Rodríguez






jueves, 16 de noviembre de 2023

Santa Gertrudis

 Cada 16 de noviembre la Iglesia celebra la fiesta de Santa Gertrudis la Grande, o, como también se le conoce, Santa Gertrudis Magna, vidente del Sagrado Corazón de Jesús. Fue una monja cisterciense y una escritora mística.

Por el tipo de unión espiritual que estableció con Dios es considerada como patrona de los místicos.

Prócer de las revelaciones del Sagrado Corazón

Santa Gertrudis nació el 6 de enero de 1256 en Eisleben (actual Alemania). A los cinco años fue enviada al monasterio benedictino de Helfta, donde su hermana, Santa Matilde de Ringelheim, era abadesa y maestra. Allí, Gertrudis se hizo amiga de Santa Mechtilde (Matilde) de Hackeborn, otra ferviente devota del Corazón de Jesús.

Muchos siglos antes de que Cristo se le apareciera a Santa María Margarita de Alacoque, cuyas visiones datan del s. XVII, Santa Gertrudis tuvo experiencias místicas con el Sagrado Corazón de Jesús.

Los latidos del corazón de Nuestro Señor


En la vida cotidiana, Gertrudis era testimonio de caridad y benevolencia, una mujer muy sencilla y generosa, habituada a la comunión frecuente y a pedir constantemente la intercesión de San José. Dios le concedió enormes gracias, como haber tenido dos visiones particularísimas a lo largo de su vida, en las que reclinaba la cabeza sobre el pecho de Jesús, Nuestro Señor, logrando oír los latidos de su corazón.

Otras muchas revelaciones particulares tuvo la santa. En una ocasión se le apareció el Apóstol San Juan, el discípulo amado, a quien preguntó por qué, habiendo sido el primero en recostar la cabeza sobre el pecho del Señor en la Última Cena, no había escrito nada sobre el Corazón de Jesús.

El Evangelista le respondió que la revelación del Sagrado Corazón de Jesús estaba reservada para tiempos posteriores, cuando el corazón del mundo se haya enfriado de tal forma que necesite ser reavivado en el amor divino.

Obra mística

A Santa Gertrudis se le atribuyen cinco libros que conforman el "Heraldo de la amorosa bondad de Dios", también llamados las "Revelaciones de Santa Gertrudis". El primero de los cinco lo escribieron amigos cercanos a la santa, pero bajo su dirección; mientras que el segundo y los restantes los redactó ella misma, aunque con alguna ayuda. En ellos están registradas sus experiencias místicas y sus enseñanzas en torno al sentido del sufrimiento -"la adversidad es el anillo espiritual que sella los esponsales con Dios"-. Así mismo, están contenidos sus recomendaciones en torno a la unión espiritual con Cristo a través de su Sagrado Corazón.

También se atribuyen a Santa Gertrudis algunas oraciones difundidas durante el siglo XVII, las que alcanzaron gran popularidad, aunque no haya certeza absoluta sobre su real autoría.

Después de haber pasado por un largo periodo de enfermedad -alrededor de 10 años-, Santa Gertrudis partió a la presencia de Dios el 17 de noviembre de 1301 (cir. 1302). El Papa Clemente XII (1730-1740) oficializó el día 16 de noviembre como el dedicado a la celebración de su fiesta en toda la Iglesia Católica.

Oración por las almas del purgatorio

El Señor le dijo a Santa Gertrudis que con esta oración podría liberar mil almas del purgatorio cada vez que la rezara.

Padre eterno, yo te ofrezco la preciosísima sangre de tu Divino Hijo Jesús, en unión con las Misas celebradas hoy día a través del mundo por todas las benditas ánimas del purgatorio por todos los pecadores del mundo. Por los pecadores en la Iglesia universal, por aquellos en propia casa y dentro de mi familia. Amén.

miércoles, 1 de noviembre de 2023

RUTA DEL PADRE HOYOS, 2023

 LA RUTA DEL PADRE HOYOS. PRIMERA PARTE





El 21 de agosto de 2023 un grupo de dieciséis personas partimos de Valladolid, dispuestas a recorrer los pasos del Padre Hoyos s.j. (1711-1735). 

Primera parada: Medina del Campo. A esta histórica ciudad llegó Bernardo en 1721 para estudiar en el mismo colegio que San Juan de la Cruz. Visitamos la magnífica Iglesia de Santiago el Real y el Convento de San José (1567), segunda fundación de Santa Teresa de Jesús, que nuestro protagonista frecuentaba ya que sentía por ella una especial devoción. 

De los diecisiete conventos que fundó Santa Teresa, este es el único que permite entrar en la clausura y así disfrutar del patio, parte primitiva de la casa que la Madre compró a doña María Suárez, y de “el corredor de la santa”, situado en la parte superior del mismo. De estos espacios nos habla la santa en el Libro de las Fundaciones: «Llegamos a Medina del Campo, víspera de Nuestra Señora de agosto, a las doce de la noche… Llegadas a la casa, entramos en un patio. Las paredes harto caídas me parecieron… Visto el portal (dos meses más tarde se convertirá en locutorio. En él se conocerán Teresa y Juan de la Cruz), había bien que quitar tierra de él… las paredes sin embarrar. La noche era corta … Unos a entapizar, nosotras a limpiar el suelo. Nos dimos tan buena prisa, que cuando amanecía, estaba puesto el altar… y luego se dijo la misa. Esto bastaba para tomar la posesión».

Teresa piensa en la conveniencia de fundar conventos de frailes descalzos del Carmen. Para ello busca frailes capaces de acometer semejante empresa. Habla con uno de los compañeros de estudios de fray Juan, de cuya vida y capacidades dice maravillas. Y se lo presenta. La Madre Teresa es la cronista de aquel encuentro: «… y supe de él como se quería ir a los cartujos. Yo le dije lo que pretendía y le rogué mucho esperase hasta que el Señor nos diese monasterio, y el gran bien que sería, si había que mejorarse, ser en su propia Orden… Él me dio la palabra de hacerlo, con que no se tardase mucho».

Dentro de la clausura hay un interesante museo: cuadros, esculturas, ornamentos, reliquias, escritos, libros y bordados. Todas las piezas son originales. Tienen que ver con la casa y con el encuentro de Teresa y Juan de la Cruz. 

Siguiente parada: Alaejos. Aquí llegó Bernardo en 1730 huyendo de la peste que asoló Medina del Campo. Visitamos la Iglesia de Santa María y la Iglesia de San Pedro, ambas de gran belleza. 

Pero la gran sorpresa nos esperaba en Villagarcía de Campos, al menos para mí. Concretamente en el Colegio-Noviciado de la Compañía de Jesús y en la impresionante Iglesia-Colegiata de San Luis, fundados por doña Magdalena de Ulloa, mujer ilustrada y generosa, viuda de don Luis Méndez de Quijada, hombre de confianza del emperador Carlos I. Es uno de esos lugares en los que las huellas del pasado tienen la solemnidad y la permanencia de lo grande. 



En el Colegio se impartía una nueva forma de educación con un objetivo muy claro: la formación integral del joven a partir de una doctrina de fe y de un humanismo de base clásica. Y así fue durante dos siglos (1572-1767), hasta que Carlos III decidió expulsar a los jesuitas de España. En este privilegiado centro estudió Bernardo durante seis años. 

Visitar estos lugares me transporta a otra época, radicalmente distinta a la nuestra, en la que todo me parece más auténtico, más humano, más sencillo, pero a la vez más profundo. La belleza, la armonía, la paz que se respira hacen que me sienta realmente a gusto, de tal forma que desearía que nunca se acabara la visita. Entonces recuerdo las palabras que doña Guiomar de Ulloa, gran amiga de Teresa de Jesús dirigió a la santa: «cuando hablamos, siempre me gustaría que nunca acabara la conversación». Se ensanchan mi mente y mi alma. Tengo la necesidad de saber más y de sentir más, pero a la vez experimento temor ante lo que pueda descubrir. 

Sobre Torrelobatón, última parada, lugar de nacimiento de nuestro beato, escribiré en la próxima entrega.




Mª Isabel San José Rodríguez






martes, 15 de agosto de 2023

Ganamos el Jubileo del Año Jubilar de Valladolid


 Está mañana, en un día tan especial como la festividad de la Asunción, patrona de nuestra Orden y aniversario de la profesión de algunas hermanas, salimos para ganar la indulgencia del Año del Sagrado Corazón en Valladolid. Hace pocos días que terminamos los ejercicios espirituales, damos gracias por todo lo vivido en este día y por la generosidad con que fuimos recibidas.

sábado, 12 de agosto de 2023

La Mística y el Sagrado Corazón

 

San Bernardo afirma que Jesucristo nos ama con ternura y nos colma de bienes, aún cuando no correspondemos a su amor divino, ¿Cuántas gracias y cuántos dones derramará sobre aquellos que sí le aman, y son penetrados de dolor viéndole tan poco amado? 


*¡Oh dulcísimo Jesús!* _exclama el Santo_; *¡cuántas riquezas encerráis en vuestro Corazón!*

*¡Oh y con qué facilidad nos podemos enriquecer, teniendo abierto en la sagrada Eucaristía un tesoro tan infinito!*

jueves, 29 de junio de 2023

LA LITURGIA DE LAS HORAS. SEGUNDA PARTE

LA LITURGIA DE LAS HORAS. SEGUNDA PARTE

                                                                        


Con la renovación impulsada por el Concilio Vaticano II, el Oficio Divino

se abre de nuevo a los cristianos no consagrados a la vida religiosa. Se considera

un complemento necesario a la Eucaristía.

Con la primera de las Horas Canónicas, VIGILIAS, se significa la actitud

de vigilancia y espera, y la intención de dedicar el tiempo tranquilo y exento de

actividad laboral a la oración y a la contemplación de la Palabra de Dios.


Los Laudes, como oración matutina, y las Vísperas, como oración

vespertina, son el doble quicio sobre el que gira el Oficio Divino. Se consideran

y celebran como las Horas principales o mayores.

San Basilio expresa el carácter matinal del oficio de LAUDES con las

siguientes palabras: «Al comenzar el día oramos para que los primeros impulsos

de la mente y del corazón sean para Dios, y no nos preocupemos de cosa alguna

antes de habernos llenado de gozo con el pensamiento en Dios, ni empleemos

nuestro cuerpo en el trabajo antes de poner por obra lo que fue dicho: “Porque

a ti suplico, ¡oh, Yahvé! / De mañana tú escuchas mi voz; / temprano me pongo

ante ti y espero”». (Sal 5, 4)

El origen del término viene del latín laudare, que significa ALABAR, y es

un fiel reflejo de su finalidad principal, comenzar el día con un acto de alabanza a

Dios: «Que nuestra voz, Señor, nuestro espíritu y toda nuestra vida sean una

continua alabanza en tu honor y, pues toda nuestra existencia es puro don de tu

liberalidad, que también cada una de nuestras acciones te esté plenamente

dedicada. Señor, dirige y santifica en este día nuestros cuerpos y nuestros

corazones, nuestros sentidos, palabras y acciones, según tu ley y tus mandatos,

para que, con tu auxilio, alcancemos la salvación ahora y siempre».

Esta Hora trae a la memoria el recuerdo de la RESURRECCIÓN DEL SEÑOR,

que es la luz verdadera que ilumina a todos. La lucha entre el binomio luz -

tinieblas es una constante en la tradición cristiana. Basta recordar las palabras del

evangelista San Juan: «Era la luz verdadera que, viniendo a este mundo, ilumina

a todos los hombres» (Jn 1, 9). «Otra vez les habló Jesús, diciendo: Yo soy la luz

del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá luz de vida»

(Jn 8, 12). «Humildemente te pedimos, a ti, Señor, que eres la luz verdadera y la

fuente misma de toda luz que, meditando fielmente tu ley, vivamos siempre en tu

claridad».

Cuando declina el día se celebran las VÍSPERAS, en ACCIÓN DE GRACIAS

por cuanto se nos ha otorgado en la jornada y por cuanto hemos logrado realizar

con acierto: «Dios todopoderoso, te damos gracias por el día que termina e

imploramos tu clemencia para que nos perdones benignamente todas las faltas

que, por la fragilidad de la condición humana, hemos cometido en este día».

Las Vísperas nos proyectan hacia la LUZ SIN OCASO. Oramos para que

Cristo nos otorgue el don de la luz eterna: «Dios todopoderoso y eterno, Señor

del día y de la noche, humildemente te pedimos que la luz de Cristo, verdadero

sol de justicia, ilumine siempre nuestras vidas, para que así merezcamos gozar

un día de aquella luz en la que habitas eternamente».

Las Horas menores nos hacen revivir: a media mañana, TERCIA, el

envío del Espíritu Santo; a mediodía, SEXTA, la crucifixión del Señor y a

primera hora de la tarde, NONA, la muerte de Jesús.

Con el oficio de COMPLETAS la jornada toca a su fin. Se pide para

todos la paz y el perdón de Dios, la reconciliación y la posibilidad de comenzar

al día siguiente una vida nueva. Se da gracias a Dios por el día que termina y se

ruega protección divina para el descanso nocturno.


                                            Mª Isabel San José Rodríguez 

lunes, 26 de junio de 2023

LA LITURGIA DE LAS HORAS. PRIMERA PARTE



 



La Liturgia de las Horas u Oficio Divino es oración de la Iglesia que continúa en el tiempo la oración de Cristo. Jesús nos invita a dedicarnos a la oración con estas palabras: “Es preciso orar en todo tiempo y no desfallecer” (Lc 18, 1). “Velad en todo tiempo y orad” (Lc 21, 36). La Iglesia, recogiendo este legado, aconseja que no cesemos un momento en la oración y que ofrezcamos siempre a Dios el sacrificio de la alabanza por medio de Jesucristo. Se responde al mandato de Cristo no sólo con la celebración de la Eucaristía, sino también con otras formas de oración, principalmente con la Liturgia de las Horas que, conforme a la tradición cristiana, heredada, en parte, de la tradición judía, tiene como característica propia santificar el curso entero del día y de la noche. 

El modelo de la oración comunitaria y, por tanto, de la celebración del Oficio Divino, lo tenemos en los Hechos de los Apóstoles. En este libro se habla del grupo de discípulos congregados para la oración con las mujeres y con María, la Madre de Jesús: “Pedro y Juan, Santiago y Andrés, … Todos éstos perseveraban unánimes en la oración con algunas mujeres, con María, la Madre de Jesús, …” (Hch 1, 13-14). La oración en común de este grupo de discípulos es la expresión verdadera de su unidad, conseguida por la posesión de un mismo corazón y una sola alma: “Los que habían creído tenían un corazón y una sola alma, y ninguno tenía por propia cosa alguna, todo lo tenían en común” (Hch 4, 32). De la iglesia primitiva se dice que “eran constantes en escuchar la enseñanza de los apóstoles, en la vida común, en la fracción del pan y en las oraciones” (Hch 2, 42) y que “se reunían de común acuerdo en el pórtico de Salomón” (Hch 5, 12). Por otra parte, el evangelio de Lucas acaba diciendo que los apóstoles después de la Ascensión “se volvieron a Jerusalén con gran gozo. Y estaban de continuo en el templo bendiciendo a Dios” (Lc 24, 52-53). 

El Oficio Divino, oración esencialmente eclesial y comunitaria, no puede considerarse propiedad particular del clero. Es la oración del Pueblo de Dios que, en unión con Cristo, se eleva diariamente al Padre, con el auxilio del Espíritu Santo. Las lecturas y las oraciones de este constituyen un manantial de vida cristiana. Se nutre de la Sagrada Escritura, de las palabras de los santos y se robustece con las plegarias. San Agustín expresa así su experiencia al ver a una comunidad en oración: “¡Cuánto lloré al oír vuestros himnos y cánticos, fuertemente conmovido por las voces de vuestra Iglesia, que suavemente cantaba! Entraban aquellas voces en mis oídos, y vuestra verdad se derretía en mi corazón, y con esto se inflamaba el afecto de piedad y corrían las lágrimas”.   

La Liturgia de las Horas contribuye a dar sentido a la vida humana, haciendo que cada momento del día y de la noche se convierta para el creyente en un signo de la presencia del misterio de la salvación y del encuentro y el diálogo con Dios: “Dios habla a su pueblo y el pueblo responde a Dios con el canto y la oración”. Todos los que participan, sean pastores o simples bautizados, contribuyen a la acción pastoral y santificadora de la Iglesia, se santifican a sí mismos y encuentran en el Oficio fuerza y eficacia para las tareas apostólicas. 

La Liturgia de las Horas, como toda oración comunitaria, nos ayuda a fomentar nuestra conciencia de hijos de la misma familia que, a lo largo de los siglos, a través de las alabanzas, acciones de gracias y peticiones, no hace otra cosa que expresar el deseo común de toda la humanidad, aunque para muchos permanezca inconsciente: “¡Ven, Señor Jesús!” (Ap 22, 20).



                       Mª Isabel San José Rodríguez


viernes, 16 de junio de 2023

Historia de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús



 



*DIA DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS*


*(Viernes, 16 de Junio)*



La devoción al Corazón de Jesús ha existido desde los primeros tiempos de la Iglesia, desde que se meditaba en el costado y el Corazón abierto de Jesús, de donde salió sangre y agua. De ese Corazón nació la Iglesia y por ese Corazón se abrieron las puertas del Cielo. 


*La Fiesta del Sagrado Corazón de Jesús se celebra el viernes posterior al segundo domingo de Pentecostés.*


*Historia de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús* 


La devoción al corazón herido de Jesús tiene sus orígenes en el siglo XI, cuando los cristianos piadosos meditaban sobre sus cinco llagas. 


En aquel tiempo creció entre los fieles las oraciones al Sagrado Corazón, a la llaga del hombro de Jesús, entre otras devociones privadas. Todas ayudaron a los cristianos a enfocarse en su Pasión y Muerte, de tal manera que lograran crecer en el amor hacia Él. 


Sin embargo, no fue hasta 1670 que el sacerdote francés P. Jean Eudes celebró la primera fiesta del Sagrado Corazón de Jesús. 


Casi al mismo tiempo, una religiosa, Sor Margarita María Alacoque, empezó a informar que tenía visiones de Jesús. Éste se le aparecía con frecuencia y, en diciembre de 1673, le permitió –como había permitido una vez a Santa Gertrudis– descansar su cabeza sobre su corazón. 


Mientras experimentaba el consuelo de su presencia, Jesús le habló de su gran amor y le explicó que la había elegido para dar a conocer su amor y su bondad a la humanidad.

 

Al año siguiente, en junio o julio de 1674, Margarita María informó que Jesús quería ser honrado bajo la figura de su corazón de carne. Pidió a los fieles que lo recibieran con frecuencia en la Eucaristía, especialmente el primer viernes de cada mes, y que practicaran una hora santa devocional. 


En 1675, durante la octava al Corpus Christi, Margarita María tuvo una visión que posteriormente se conoció como la “gran aparición”. 


En ella, Jesús pidió que la fiesta del Sagrado Corazón sea celebrada cada año el viernes siguiente a Corpus Christi, en reparación por la ingratitud de los hombres hacia su sacrificio redentor en la cruz. 


Promesas hechas por el Sagrado Corazón de Jesús a Santa Margarita de Alacoque: 


- A las almas consagradas a mi Corazón, les daré las gracias necesarias para su estado. 

- Daré la paz a las familias. 

- Las consolaré en todas sus aflicciones. 

- Seré su amparo y refugio seguro durante la vida, y principalmente en la hora de la muerte. 

- Derramaré bendiciones abundantes sobre sus empresas.

- Los pecadores hallarán en mi Corazón la fuente y el océano infinito de la misericordia. 

- Las almas tibias se harán fervorosas.

- Las almas fervorosas se elevarán rápidamente a gran perfección. 

- Bendeciré las casas en que la imagen de mi Sagrado Corazón esté expuesta y sea honrada. 

- Daré a los sacerdotes la gracia de mover los corazones empedernidos. 

- Las personas que propaguen esta devoción, tendrán escrito su nombre en mi Corazón y jamás será borrado de él. 

- A todos los que comulguen nueve primeros viernes de mes continuos, el amor omnipotente de mi Corazón les concederá la gracia de la perseverancia final. 


*Sagrado Corazón de Jesús en ti confío.*


En España, la devoción es extendida a través de Bernardo de Hoyos nacido en Torrelobatón (España) en 1711. 


A los 23 años le correspondía a Bernardo comenzar el cuarto curso de Teología, y aunque no tenía edad para ordenarse, sus superiores pidieron dispensa para que pudiese hacerlo durante ese curso, y así con esta dispensa pudo ordenarse de Diácono. Poco después se ordenó de Presbítero, y unos días después celebró la Primera Misa en el colegio de San Ignacio de Valladolid (España). 


A los 24 años, pocos meses después de haber sido ordenado sacerdote, enfermó de tifus y falleció, habiendo recibido el Viático y la Santa Unción. 


Bernardo de Hoyos tiene una misión similar a Santa Margarita Mª de Alacoque: lo que por medio de ella quiso realizar Cristo en su Iglesia, proporcionalmente es lo que Cristo quiere realizar, por medio de Bernardo en España y América”. 


*La Gran Promesa* 


El día 14 de mayo de 1733 tuvo lugar la revelación:


“REINARÉ EN ESPAÑA Y CON MÁS VENERACIÓN QUE EN OTRAS PARTES”  



El día 25 de septiembre de ese mismo año, recibe Bernardo del Señor una ratificación de la Gran Promesa: 


Aquí, después de comulgar, oí una voz suavísima que me dijo: Pídeme lo que quieras por el Corazón Santísimo de mi Hijo, y te oiré y te concederé lo que me pidas, y, sin libertad pedí la extensión del reino del mismo Corazón de Jesús en España, y entendí se me otorgaba. Deseos de extender hasta el Nuevo Mundo el amor de su amado Corazón de Jesús”. 


La Gran Promesa interpela, solicita, encomienda personalmente al P. Hoyos a extender el reinado de Cristo especialmente en España, en todo el territorio que constituía España en aquella fecha (1733): la España actual más Filipinas e Hispanoamérica. 

 La misión que recibió el P. Hoyos, entendemos que es ahora a nosotros a quienes corresponde realizarla, como él hizo tan ejemplarmente, para seguir dando sentido y haciendo plena realidad la Promesa del Corazón de Jesús, que será siempre un compromiso abierto para todos los devotos a su Sagrado Corazón.